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Pepemillas La Locomotora de Moratalaz

Sueltos

Volver, volver, volver...

Volver, volver, volver...

Decía Mario Benedetti...


"La gloria no consiste en no caer nunca,
si no mas bien en levantarse todas las veces que sea neces
io.
Y ESO ES ALGO QUE MUY POCA GENTE TIENE
EL PRIVILEGIO DE PODER EXPERIMENTAR."

A mí me ilusionaría creer que puedo
experimentar ese privilegio.

Decía Mario Benedetti que...

"Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica.
La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor.
La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía contagia."

Creo firmemente que soy de ese tipo de gente.
En ocasiones no se saca mucho beneficio de ello
porque otra gente no te toma en serio o te cree
vivir en otro mundo. Son los lo que creen que
una cosa no puede ir con la otra.

Decía Mario Benedetti...

"Me gusta la gente que es justa con su gente
y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día,
las cosas buenas que existen en su vida,
que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de si,
agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas,
de ofrecer sus manos y ayudar generosamente
sin esperar nada a cambio."

¡¡¡ Yo soy ese tipo de gente !!!

Un guiño desde aquí para Cristina Rey, esa campeona apodada Coletitas.

¡Siempre hacia delante!

La tristeza de su mirada...

<font size=4>La tristeza de su mirada...</font>

No... Creo que hoy tampoco saldré a correr, Noa.


Emil Zatopek - La Locomotora Humana - II

<font size=4>Emil Zatopek - La Locomotora Humana - II</font> La locomotora humana, como se conoce al checoslovaco Emil Zatopek, ganó la medalla de oro en 10.000 m. y la de plata en 5.000 en Londres’48, pero no fue hasta cuatro años después cuando recibió dicho apodo.

En Helsinki’52 no se hizo sólo con el oro en maratón sino también con el de 5.000 y 10.000. En esta última prueba batió la antigua marca olímpica al terminar en 29:17,0. Ya en Melbourne’56 bajó hasta la sexta posición en maratón y dos años después se retiró tras haber ganado 261 carreras de las 334 que había disputado.

Zapotek ha sido el único que ha conseguido, en la misma edición de los Juegos un oro en 5.000 y 10.000 m. y en maratón. En tierras finlandesas su mujer Dana Zatopkova subió también a lo más alto del podio en jabalina.

Emil Zatopek - La Locomotora Humana - I

<font size=4>Emil Zatopek - La Locomotora Humana - I</font>

Agua de borrajas

<font size=4>Agua de borrajas</font> “En Abril, aguas mil”. Eso reza nuestro refranero.


Sería antes, porque lo que es a día de hoy… Ni en la sombra se parece este mes de Abril a lo que fueron antaño. A la vista está la pertinaz sequía que nos acucia y que a no mucho tardar, nos empezará a pasar factura poco antes del verano, si no lo está haciendo ya.


Recuerdo aquellos meses de Abril frescos y caudalosos. Hace pocos días, cayó en Madrid una importante cantidad de agua. No voy a decir que fue una tromba, pero sí algo más que una simple lluvia. Me pilló regresando del trabajo, y contra lo que es mi costumbre, de la impresión que me dio ver caer tal cantidad de agua, apagué la radio que suelo llevar a un volumen bastante elevado.


Oír el repiqueteo de esas gotas de agua golpeando el techo del coche, y ver cómo los limpiaparabrisas no daban abasto, era todo un espectáculo. Merecía la pena ser disfrutado. Tan sólo fueron unos minutos, pero unos minutos en los que se podía perdonar hasta el caos circulatorio que se originó. ¿Acaso nos pasó lo mismo a todos los que estábamos circulando en ese momento? ¡Quién sabe!


El caso es que de poco sirve una lluvia así si a las pocas horas ves lucir un sol esplendido como el que lució. Y de la lluvia no se ha vuelto a saber nada. Sin una continuidad, esto va de mal en peor. Pero al menos pude inmortalizar ese momento. Me quedo con él, porque no sé cuando volveré a ver otro igual.


Saludos.
Aquí sigo con mis monólogos interiores.

Y la vida continúa...

<b>Y la vida continúa...</b>

Y hay que seguir adelante... Contra viento y marea...

¡Y pasa tan deprisa!
Ni tiempo me ha dado de comentar cómo se iban cargando ya las ramas de los olmos que pronto descargarán sus semillas por doquier. De hecho ya lo están. Y de hecho ya las están descargando. Cada vez lo hacen antes.

¡Pasa tan deprisa la vida...!

Espectacular descubrimiento

<font size=4>Espectacular descubrimiento</font>

Ha sido descubierto un planeta fuera del sistema Solar, de parecidas condiciones y características a las del planeta Tierra.
Esto ya no es noticia, ya lo sabemos todos. Es por comentar algo en lo que me ha dado por pensar al conocer la noticia.


De momento está a salvo, pues está situado a 20 años luz de la Tierra. Con la tecnología actual se tardarían 50 años en llegar allí. Cuando la energía fotónica esté a punto, estará a tiro de piedra.
Lo que he pensado es… ¡¡¡ Qué lástima de planeta !!! Al menos mientras la Coca Cola no llegue allí, seguirá estando a salvo. Ni las guerras, ni el hambre, ni la devastación forestal, ni las burbujas inmobiliarias…


A ver lo que dura estando a salvo.

Pintan bastos

<font size=4>Pintan bastos</font>

Así es. Ayer Domingo, harto de una situación insostenible y de un dolor insoportable, terminé en Urgencias del Gregorio Marañón.
Harto de ver cómo no puedo realizar mi trabajo y tener que aguantar que mis compañeros lo hicieran por mí haciéndome el "favor" de tenerme sentado todo el día, cuando salí de trabajar me fui al Hospital.
Más de 7 horas allí metido.
Una semana he tardado en romperme. ¡¡ Y yo dándome un mes de plazo para darme la algría de ver cómo remitía esto !!

Cuando un "Buenos días" es algo más que dos palabras

<font size=4>Cuando un "Buenos días" es algo más que dos palabras</font>

Como tantas mañanas en que puedo hacerlo,
dejé hoy mi saludo matutino en el Foro de Carreras
Populares, en el que nos comunicamos los amigos que
compartimos esta afición. Estas fueron mis palabras:


¡¡¡ Buenos días !!!


A veces sólo dos palabras significan mucho.
- Que sigo aquí.
- Que sigo adelante.
- Que no me rindo.
- Que no me importan los obstáculos...


Os deseo lo mismo a todos en el día de hoy.


ABRAZOS


No esperaba tener que aclararlo, pero lo hago...
Quise decir que en ocasiones un sencillo “Buenos días”
- dos palabras que tan caras se venden algunas veces -,
sirven también para indicar algo que en la boca de
ATENAS se traduciría por algo así como: “sigo vivo, que
no es poco. Sigo en la lucha. No claudico”.


Y para ir un poco más lejos, si hay un “alguien”
que desde “alguna parte” me está poniendo a prueba, que sepa
que no lo tiene nada fácil conmigo.


Soy de otra pasta, o al menos lo intento y quiero creer
Que a veces hasta lo consigo. Soy duro, soy fuerte,
me doblo como el bambú, pero no me parto. Me vuelvo a
enderezar y afronto el siguiente embate más crecido
Y más seguro.


Si pudiera explicar cómo terminó mi pie izquierdo ayer
después de 16 horas de trabajo, bastaría para entender por qué
digo todo esto y lo agradecido que estaba al levantarme y
poder llegar a la cocina a desayunar sin apenas dar tumbos
ni renquear más que lo mínimo aceptable.


A la vista de cómo tenía el pie al acostarme nunca hubiera
imaginado que me levantaría así de bien.
Las atenciones de mi mujer al llegar anoche a casa, que casi
me esperaba con un barreño de agua caliente con sal gorda en
las manos, obraron el milagro para este pie, que más que
un pie era un muñón en fase de metamorfosis a transformarse
en rueda, haya amanecido como lo ha hecho.


Hoy son sólo 8 horas de trabajo y a las 15:30 como mucho,
estaré en casa comiendo y pensando en dormir una buena
siesta de las que reparan hasta lo que no está escrito.


Sí, sin duda, levantarse tan bien, después de haberse acostado
tan mal, es para estar agradecido por muchas cosas. Tanto,
que uno tiene hasta ganas de compartirlo con los que aprecia.


Imagen: Amanecer

De paseo con Noa

<b><font size=4>De paseo con Noa</font></b>

Hacía más de 20 años que no sabía lo que era pasear con un perro de tu propiedad. Esto, por suerte, es algo que ahora hago habitualmente con mi perrilla Noa. Y es mucho lo que me aportan estos paseos siempre relajantes.


Verla corretear con esa alegría de cachorro que corre por sus venas es un goce para los sentidos. Contagiosa y siempre predispuesta al juego, hace que no repare ni en el tiempo que ando por la calle o la distancia que cubro por los descampados que hay cerca de casa.


En cierto modo hasta me da envidia verla así de ágil. Me da mucha rabia – y algo de pena -, no poder salir corriendo detrás de ella o a la par que ella. Me gustaría, pero no puedo. Ni debo, ya lo sé. Pero me lo pide. Estoy seguro de que a su manera me tienta a que lo haga. Calculo que para cuando pueda hacer esto, ella ya habrá dejado de ser un tierno cachorro. Pero tengo tantas ganas de experimentarlo, que en el fondo de mi imaginación ya lo hago. ¡ Cómo me alegro de que la recuperación de su pata haya sido ya casi total !
Queda aún un tiempo de espera en que habrá que seguir vigilando de cerca el tema, pero tiene visos de salir airosa de ello.


Pero sigo jugando con mi imaginación y soñando cómo será todo cuando me la lleve a trotar por ahí y jugar con ella como a ella le gusta. De momento me conformo con verla disfrutar como lo hizo dos fines de semana cuando la llevamos al monte de La Pedriza. ¡ Qué forma de correr saltando por encima de rocas y troncos ! Así terminó cuando llegamos a casa. No había perra. Se pegó una panzada a dormir de las que no figuran en el libro de los records.


Una de las cosas que agradezco de esos paseos es la facilidad con que uno se pone a pensar en cosas pendientes de realizar, y hasta de planificarlas con ese punto de calma con el que no lo haces habitualmente. Siempre me pasa que al llegar a casa, "soy otro" y digo: "La limpieza mental funciona". Se me olvida hasta el cansancio de la jornada laboral.

Se cumplieron los pronósticos

<b><font size=4>Se cumplieron los pronósticos</font></b>

Sin entusiasmo ni amargura, sin cansancio pero con hastío, ayer, como había vaticinado, vi cómo se cumplieron los pronósticos. Se veía venir: me dieron el Alta médica, y hoy he pasado mi primera jornada laboral con todos los gastos pagados como yo digo…


La valoración del día es que he pasado la jornada con más pena que gloria. Si hoy, que ha sido una jornada de poco o más bien ningún trabajo, he terminado como he termminado, no sé lo que me espera cuando tenga que afrontar una jornada laboral entre semana.


Las dos últimas horas han sido un calvario, y la última me la he pasado sentado en el puesto con el pie al aire fuera del asfixiante calzado. ¡¡ Y yo que pensaba que había encontrado la solución en unas zapatillas deportivas New Balance de color negro que compré con mi mujer en un Decathlon el otro día… !! Al ser negras, pasan muy desapercibidas y no se nota – si no te fijas – que no son unos zapatos normales de vestir, y mucho menos unos zapatos reglamentarios de trabajo.


Me pasé unos días domándolas, pero veo que de poco o nada ha servido. Parecía que era el calzado ideal que mi pie operado podía ser capaz de soportar medianamente bien.
Veremos lo que queda por venir. De momento en cuanto a horario el cuadrante hasta final de mes me da vértigo. Trabajo consecutivamente hasta el 28 - 12 días -, a una media de 12 horas diarias. Me he prometido a mí mismo que si soy capaz de superar eso, será capaz de superar cualquier cosa.


A ver si soy capaz de cumplir esa promesa. De momento, para empezar, el pie lo tengo más inflamado que esta mañana antes de empezar a trabajar.


Saludos a los corredores del Maratón de Valencia que se celebra mañana.
¡¡ Buena mañana de Maratón para todos lo que de una u otra manera participéis en esa carrera !!

Hoy tengo mucho que soltar

<font size=4>Hoy tengo mucho que soltar</font>

Sí, lo siento, lo noto… Hoy tengo mucho que soltar. Me lo pide el cuerpo.
Estaba trabajando en actualizar la página de Sylvie... y me ha pasado algo.
Algo que me ha hecho retrotraerme al MAPOMA DE 2005.


Entonces, en 2005...
…acababa de operarme de los tendones del pie izquierdo. El mismo pie del que me he operado el año pasado de juanete – Hallux Valgus para los entendidos -.
Fue pocos días antes del MAPOMA.
Televisaron la carrera, y no pude evitar sentarme en la cocina a verlo en el pequeño televisor que entonces teníamos allí.
Las emociones que se me acumularon, las sensaciones, y la rabia por no poder estar allí, se arremolinaron en mi estómago. ¿Consecuencias? Los vellos se me pusieron de punta al ver el pistoletazo de salida. Y lloré. Desconsoladamente y en solitario. No había nadie en casa – por suerte -.


Yo tenía esperanzas de haber corrido al menos parte de ese Maratón ese año. El último entrenamiento que hice con Emilio, me puso los pies en la tierra y terminé viendo claro que mi único destino ese año iba a ser el quirófano. No había otra.


El efecto inmediato de esas sensaciones en el estómago, fue el que suele suceder cuando vives algo y por algo que sientes que está hecho para ti y por lo que luchas, y de lo que te enamoras, pero que ves que se escapa de tu alcance. Sí, se me saltaron las lágrimas. A raudales. Igual que ahora. Igual que hoy mientras desmenuzaba la crónica de Sylvie del Maratón de Valencia. Cuando he leído ese final del Maratón, acompañando a dos desconocidos con los que se solidarizó y esperando en la meta a otro con el que se fundió en un abrazo final, eso… eso me ha podido. Me ha roto.
Igual que me pudo cuando leí la llegada de Josero a meta de la mano de sus hijos. Impresionante momento. Maravilloso recuerdo para él. Maravilloso recuerdo que yo quiero tener algún día.
Lo de Sylvie dándole ambas manos – porque no tiene más -, a dos corredores llegando a meta me ha hecho revivir lo sentido en un MAPOMA del 2005 en el que no pude estar.


He llorado y me ha roto. Pero también me ha hecho ver algo. Algo en mi interior me ha gritado que yo tengo que volver a este deporte. Y volveré. Me cueste lo que me cueste y tarde lo que tarde. Y sin ánimo de ofender a nadie, hasta prescindiendo de la edad que se me echa encima implacablemente.

Al César lo que es del Cesar, y a mis compañeros de Blog, lo que es de mis compañeros de Blog

<font size=4>Al César lo que es del Cesar, y a mis compañeros de Blog, lo que es de mis compañeros de Blog</font>

Hoy me resulta obligado rendir un reconocimiento a los compañeros de Blog con los que comparto esta afición por escribir y leer – ya sea sobre atletismo popular o sobre cualquier tema relacionado con la vida cotidiana -, que eso, la mayoría de las veces es indiferente.


Es increíble la facilidad y la fertilidad de algunos a la hora de agarrar el teclado para dar rienda suelta a cualquier tema a diario o como mínimo día sí día no.


En algunos casos es fácil de entender. Son atletas populares en activo y sin apenas problemas de lesiones o de desplazamiento para ir de una a otra punta de España, o del Continente o incluso del Globo a correr esta o aquella carrera, y lógicamente – yo también lo haría si fuera mi caso -, tienen mucho que contar.


Da vértigo ver que cuando entras en algunos Blogs, - Bitácoras es como a mí me gusta más llamarlos -, aunque hayas estado el día anterior o un par de días antes, parece que hace un mes que no lo visitas.
Y tema a parte, la cantidad de extras con que algunos aderezan sus espacios. Videos, música, contadores, relojes, etc… Si yo contara lo que me ha costado a mí poner un contador en condiciones, no se lo creería nadie. Montar páginas Web se me da más o menos regular, pero conseguir ver cómo entrar en el HTML de la plantilla de mi Bitácora, me costó Dios y ayuda.


Lo dicho, desde aquí mi admiración por mis compañeros de Bitácora. Cada día me lo ponéis más difícil seguiros, pero lo intento. Y por cierto, en todos los casos disfruto muchisimo con todo lo que veo.

¡¡¡Felicidades, compañeros!!!

“La energía no se destruye; se tranforma”

<font size=4>“La energía no se destruye; se tranforma”</font>

Recuerdo que en el colegio nos enseñaron que la energía no se destruye; se transforma. Si no es así, es algo parecido. Que mis profes de la infancia me perdonen. Otras cosas las recuerdo mejor: Palénquima, colénquima y esclerénquima. Son la distintas células que gestionan el crecimiento y desarrollo de una planta. La lista de los Reyes Godos tampoco fue mi fuerte. ¡Qué le vamos a hacer…!


Siguiendo con el tema de ayer, tengo que decir que algo parecido pasa con mi cabreo. No desaparece; se transforma. Y se transforma en decepción. Me siento muy decepcionado al ver el trato recibido por parte de unos y otros.
En pocas palabras, mi médico de cabecera viene a decirme que el hecho de que el pie esté inflamado y no pueda ponerme unos zapatos, no es motivo suficiente para que continúe de baja. Solución: que me ponga unos zapatos de un número más grande. Mis circunstancias laborales – en mi opinión - no le importan. Aquí lo importante es que Inspección no le siga dando caña. Eso se ve a la legua.


Teniendo en cuenta al menos que el dolor y los calambres persisten debajo de los dedos después de un cierto tiempo andando, me ha vuelto a remitir al Traumatólogo para que valore esta circunstancia y decida si se reafirma en darme el Alta Clínica. Caso de que no lo considere importante y se reafirme en ella, el Lunes de la semana que viene la médico de cabecera me dará el Alta Laboral. Veinticuatro horas después, estaré haciendo mis rondas y mis turnos como Dios me dé a entender.


En casa, todo esto nos parece tanto a mi mujer como a mí, de lo más surrealista y esperpéntico. ¡Como me gustaría saber la opinión de Francisco!


Todavía me cabe recurrir a un par de herramientas que están en mi mano y que estoy en mi derecho de utilizar. El Jueves, veo al Trauma. Si me vuelve a dar problemas, que presumo que sí, el Viernes podría ser yo el que fuera a hacer una visita a Inspección Médica. Esa es una de las cosas que podría hacer. La otra, termine esta historia bien o mal, - eso va a ser lo de menos -, pediré el cambio de médico de cabecera, que sé que es algo a lo que tengo derecho.


Y así están las cosas. Ahora mismo no puedo evitar sentirme como una pelota de ping-pong, que va de un lado al otro, según quien me rebote. ¿O tal vez sea yo una patata caliente para ambos?


¡Ah! Dicho sea de paso, me vio el pie. Pero de nuevo fue por iniciativa mía.

¡¡¡ Un cabreooooo… !!!

<font size=5><font color=green>¡¡¡ Un cabreooooo… !!!</font></font>

¿Motivos de mi cabreo de hace unos días? Estos son:
El Martes pasado, fui a ver al Traumatólogo. No me recibió el que me está haciendo el seguimiento desde el principio, el mismo que me intervino. No estaba disponible. “Bien”.
El que me recibió, a tenor de la última radiografía y por el aspecto que presenta la cicatrización de la herida del pie, me dijo que todo iba muy bien. De la infección pasada, ni rastro. Eso sí, todo él muy inflamado aún.


En resumen que todo iba muy bien pero que aún quedaba por hacer. Estimó que más o menos puedo necesitar un mes más para que esa inflamación baje y por fin pueda calzar normalmente. Bien, hasta ahí muy bien… pero – siempre tiene que haber un pero -, el disgusto mayúsculo me vino después. Cuando estaba en la parada del autobús, me dio por ordenar los papeles del historial, y cuál no fue mi sorpresa cuando al guardar el informe el que el traumatólogo hizo las anotaciones de rigor leo, y veo que pone: “Hacer vida normal”.


Yo le había explicado por activa y por pasiva que siendo Vigilante y haciendo turnos de 12 a 16 horas, buena parte de ellas de pie, y sin poder calzar como es debido, mal lo iba a llevar con un pie tan inflamado.
Él pareció comprenderlo y dijo que no me preocupara por eso. Y lo hice. No me preocupé. Pero claro, ¿qué hará la médico de cabecera cuando vea que pone “Hacer vida normal”? Es que no anotó nada más de lo que me dijo de palabra. La médico de cabecera, mucho me temo que lo que hará será darme el alta y punto. Eso, por mucho que yo le explique lo que me dijo el Traumatólogo. Lógicamente para ella, lo que le valdrá será lo que está escrito en el informe.


También estoy harto de que en más de dos meses, la de cabecera no me haya visto el pie nada más que una vez y porque “se lo metí por la boca” - ojo, que nadie entienda lo que no es, que nos conocemos -. Fue cuando la infección se manifestó en todo su esplendor. El dolor era intenso. Ella se guía por los informes y por las radiografías que si no se las pongo en la mesa, tampoco me las pide. Eso no lo entenderé nunca.


Volviendo al tema, después de darle muchas vueltas, y comentarlo en casa con mi “abogada”, decidí dirigirme a Atención al Paciente” y exponer mis dudas. Me aconsejaron que volviera de nuevo al Trauma a pedirle explicaciones, porque aquello no parecía tener mucha lógica. Dicho y hecho.


Nueva cita con el Trauma. Le comento mis pensamientos sobre lo que decidiría la de cabecera al ver lo escrito en el informe, y más o menos viene a decirme que lo que me está dando es el Alta Clínica, pero que no implica o significa Alta Laboral. Eso ya queda en manos de la médico de cabecera – que por presiones de los Inspectores, según me explicaron en Atención al Paciente, se ven muy influenciados a la hora de dar el Alta lo antes posible -, cuando me viera. Eso será hoy. Dentro de un rato. A las 11:00. Veremos a ver qué pasa.


Y otra cosa que me escama mucho es que en ningún momento me habla nadie de hacer rehabilitación. Buena parte del pie sigue acorchada y me duele debajo de los dedos cuando llevo andado un buen trecho.
Que sí que quiero trabajar ya, pero caramba, quiero hacerlo en una mínimas condiciones que me lo permitan. ¿Qué ya llevo mucho tiempo? Pues sí, ¿pero qué culpa tengo yo? Pues eso.


¡¡ Por Dios ¡! Qué aburrimiento de lectura. ¿Alguien se ha atrevido a leer todo esto?

Haciendo balance...

<font size= 4>Haciendo balance...</font>

Haciendo balance...

Un balance, lo normal es que suela hacerse o a final del año
o después de un periodo más o menos prolongado de tiempo.
Partiendo de ahí, yo voy a romper la premisa y lo hago de lo
que va de año, que aunque es un periodo corto, en mi caso
no es poco, por lo intenso que ha sido.


Todo balance que se precie tiene su haber y su debe. Este
va a tener su lado positivo y negativo...


Por el lado positivo, que me hace recordar que no debería
quejarme tanto, es que aquí estoy escribiendo esto, aunque
sea casi en el último día del primer mes del año. Y eso, tampoco
es poco. Quizá es que quiera empezar el año sin un hueco
en un mes de Enero de 2007 en el que no habría escrito
nada de nada. Sí, eso también. Lo reconozco. Vanidad manda
en este caso, pero ya me pasó el año pasado y no quiero
que se repita.


Por el lado positivo: Esa falta de movilidad en los dedos del
pie de la que me quejaba - tal vez demasiado pronto, lo
reconozco -, ha pasado a mejor vida. Hoy por hoy, y ya
sin apenas molestia alguna, hasta el dedo gordo es capaz
de bailar un rock por sí sólo.
En serio, hay una ligera molestia, pero escasa.


Por el lado negativo: Que estoy harto ya de las inyecciones
de Eparina. De eso y del tiempo tan prolongado que llevo
ya de baja. Pero bueno, poco importa el tiempo si es para
bien.


Por el lado positivo: La inflamación ha descendido bastante
en los últimos días. Aún no puedo calzar zapatos de vestir
o trabajar, pero estoy convencido de que falta poco. Eso
es un alivio.


Por el lado negativo: Me siguen molestando los dedos si
durante un tiempo prolongado intento caminar haciendo
el movimiento natural del pie para andar.


Por el lado positivo: Esto me permite ver también que cada
vez cubro una mayor distancia hasta sentir esta molestia.
Supongo que eso también indica algo.


Más por el lado positivo: Que hace mogollón que ya no
necesito tomar calmantes. No así con los antiinflamatorios
que ahora sí parecen estar haciendo lo que tienen que hacer.
También, que han pasado más de dos meses desde la
operación. El mismo tiempo que había pasado en la operación
anterior y que fue cuando me llevé aquel susto del que no
me quiero acordar más de lo debido.
Aquí si acaso, el susto ha venido dado por una infección
inesperada, y muy molesta, pero que atajada a tiempo
se ha curado muy bien.
Toquemos madera.


Y más por el lado positivo: Hablando con el Trauma de
lo de la posibilidad de que mi juanete se reproduzca,
me dejó claro que es poco probable que esto vuelva a
suceder antes de 20 0 30 años. Vamos que ni preocuparme
por ello. Esto me da ciertas esperanzas.


Dicho todo esto, mañana Martes me ve de nuevo el
Trauma con nueva radiografía en mano y a esperar
que la prótesis que me recetó para colocar entre el
pulgar y el dedo vecino haga lo que tiene que hacer,
y a empezar a pensar en llevar una vida normal.


Calculo que poco me queda ya de estar de baja. Sin
embargo, por el lado negativo, tengo que añadir
que me gustaría que mi perrilla lo llevara tan bien
como lo llevo yo. Y me temo que no va a ser así
desgraciadamente. Lo suyo es más serio. Pero
ahí está, alegre, aprendiendo casi cada día una
cosa nueva - porque es más lista que el hambre -,
y sin dejar de crecer. En una palabra, dándome
ejemplo muchas veces. A mediados de mes le toca
a ella sesión de radiografías.


Conclusión, que el balance es más positivo que negativo.
Está claro. Hay más motivos para sonreir que para
quejarse, ¿no os parece?

Bueno… y esto se acaba…

<font size=4>Bueno… y esto se acaba…</font>

Aunque bien es cierto que en la vida nada termina ni nada empieza, salvo la propia vida. Todo es continuidad.


Supongo que en una fecha como la de hoy, sería cosa de hacer una especie de balance, pero no lo voy a hacer. Podría comenzar diciendo: Dos operaciones en el mismo pie en dos años…


Pero para mí ahora mismo, pesan más dos momentos familiares por los que he pasado este año que son un tesoro. Cosillas particulares de uno.


Fuera de esto, a pensar en un Año Nuevo cargado de buenas cosas y nuevos proyectos de todo tipo. Por supuesto también para todos vosotros. Que el Año Nuevo os sea propicio y venturoso.


Y… que lo empecéis con buen pie. No con tan mala pata como lo despedimos mi perrita Noa y yo. Para esta noche, tengo pensado un ritual: Llegado el momento de las uvas, cogeré a mi perrita en brazos, y me subiré con ella a una silla. Tomadas las doce uvas, bajaremos de la silla con el pie derecho. No quiero que tengamos puestos en el suelo ni patas ni pies en el tránsito de un año al otro.


Ya lo sé, es descabellado, pero pienso que puede resultar. Eso ya se verá.


Besos, abrazos, y venturoso Año Nuevo para TODOS.

"Mañana voy a currar en bolas"

<font size=4>"Mañana voy a currar en bolas"</font>

Hay casualidades en la vida que a veces me dejan pasmado. Una de ellas es la que se dio ayer. Precisamente ayer que escribí la columna “¿Qué ha sido de la cortesía?”, al llegar la noche, después de cenar eché mano del diario gratuito 20 Minutos, y me encuentro la sorpresa que me encuentro. Me quedé perplejo.


Resulta que una mujer escribe una colaboración en términos parecidos a los que yo empleé en mi columna. El tema es el mismo. El de ella aplicado a sus circunstancias, y el mío a las mías, pero la queja en concreto es la misma.


A continuación lo reproduzco palabra por palabra, pero antes quiero hacer una puntualización. Dije que los asientos reservados en los transportes públicos son para personas con alguna minusvalía. Eso no es del todo acertado. Lo correcto sería decir que además de para personas con alguna minusvalía, también lo son para embarazadas y para la tercera edad – expresión que siempre me ha resultado chocante, pero es la que es -.


Dicho esto, reproduzco el artículo. Es breve, pero no tiene desperdicio:


"Mañana voy a currar en bolas

Cuando era pequeña me flipaba el hecho de poder ser invisible, y ahora me doy cuenta de que no necesito magia para serlo: basta con estar embarazada, y pasaré desapercibida en todos los medios de transporte.


Estoy embarazada de bastantes meses y sufro con indignación la incomprensión de miles de viajeros a diario. Cada vez que subo al autobús, al tren o al Metro, nadie me cede ese sitio que tenemos reservado las embarazadas. Gracias a todos los que tienen su trasero bien pegado al asiento mientras yo sufro los dolores y el peso de mi tripa de pie, expuesta a los golpes, frenazos y empujones.


Porque hace frío, que si no, mañana voy a currar en bolas, como no me ve nadie, no me importa."


Sonia, 35 años.


FUENTE: Diario gratuito 20 Minutos. Edición de Madrid. 21 de Diciembre de 2006. Sección “Cartas de los lectores”.


¿Que ha sido de la cortesía?

<font size=4>¿Que ha sido de la cortesía?</font>

Pregunto: ¿Alguien sabe a dónde ha ido a parar? ¿Dónde se quedaron ya las buenas costumbres y los buenos modos?


No hablo ya de aquel manual de Buena conducta y Urbanidad de antaño. Ese que en buena medida tiene pasajes que ya están más que obsoletos y caducos dados los tiempos que corren – las cosas como son -. ¡¡¡ Pero, caramba… !!! Que yo hablo de ese mínimo de cortesía que debería salirnos a todos no como algo aprendido, sino como gesto de civismo. Tan espontáneo como cualquier acto reflejo. ¡ Zas ! ¡ Sin pensarlo ! ¡ Como un parpadeo !


¿A qué viene esto? Sencillo es de explicar. Por la circunstancia personal de haberme operado de un pie hace cosa de un mes, deberé andar con muletas durante algunas semanas. Debido a esto, aunque poco, me veo obligado a usar el transporte público alguna que otra vez. Sobre todo cuando me tengo que desplazar al Ambulatorio, para las pertinentes revisiones o a recoger el parte de baja.


Es que es triste, pero hay situaciones que hasta que no se le ponen a uno delante de las narices, no se da cuenta de cómo son realmente las cosas.


Sigo explicándome…


No puedo asegurar la cantidad exacta de veces que habré viajado en autobús, pero digamos que si han sido doce, ¿os podéis creer que ni en la mitad de ellas me han cedido un asiento de los que están habilitados para personas con minusvalía? Y en el Metro tres cuartos de lo mismo. Asientos que por otra parte NO estaban ocupados por personas que respondieran a ese perfil de la población. Asientos, que así mismo NO estaban ocupados por viajeros distraídos sea leyendo o contemplando el paisaje por la ventanilla como para no ver lo que pasaba por su lado. En fin…


En la proporción de la que hablo, tres veces me han podido ceder el asiento. Una de ellas, lo rechacé por razones de edad de la mujer que me lo ofrecía, y en otras dos no hizo falta pasar apuros porque el vehículo venía vacío…


¿Es o no es para plantearse la pregunta que he hecho? Pues eso.


¡¡ Ah… !! Y Feliz Navidad, pero para todos, no sólo para los de buena voluntad. Cuestión de cortesía, ya sabéis.